Me encanta cuando lo absurdo invade el mundo de los videojuegos. Si señores, volvemos a hablar de "polémica", esa palabra tan empleada en este mundo del ocio virtual al que parece que muchos sectores de la sociedad tienen como punto de mira para justificar gran parte de los males que azotan a nuestra sociedad.

Hoy es la PETA, la Organización de los Derechos de los Animales, quien se lanza a criticar al mundo de los videojuegos de forma absurda y bastante injustificada. Los acusados a la palestra son los soldaditos de Battlefield 3 y Mario . . . ¡éstos no se van a ir de rositas así porque sí, que va!.

A ver por donde empezar: Battlefield 3 ha sido acusada de ofrecer un trato sádico y cruel por permitir al jugador ensañarse a muerte con . . . ¡una rata!. El "supuesto motivo" de denuncia de la asociación parece tener origen en el tercer acto de Battlefield3, donde la recreación del entorno incluye ratas las cuales podemos matar a punta de cuchillo (y también de pistola, fusil de asalto, lanzagranadas, RPG y todo lo que se nos ocurra . . . bendita libertad de movimientos) de forma "extremadamente violenta".

Al parecer esta actuación en entornos virtuales puede suponer un incentivo al jugador para que se dedique a torturar a los animales, según opina la mencionada asociación. La queja esta bastante injustificada dado que el juego cumple a rajatabla con los límites de edad necesarios para jugar, exigiendo un nivel de madurez tal que casos como éstos solo pueden darse en excepciones totalmente fuera de lo normal (pues la tortura de animales supone toda una actividad cruel y castigada por la ley). Aún así esta reacción negativa contra un juego que para nada incluye semejante opción con ánimo de incitar a la violencia animal resulta bastante mala en unas fechas en las que el debate entre la influencia del videojuego en el psique del jugador esta siendo extremadamente degenerado.

Por otro lado, las acusaciones lanzadas hacia Mario son aún peores y más exageradas. En esta ocasión la acusación viene motivada por el ya más que clásico traje de Mario Tanooki; ya sabeis, ese mapache con cola que nos permitía volar en Super Mario Bros 3 y que en breve lo hará también en Super Mario 3DLand. Según el punto de vista de los accionistas del grupo, consideran que Mario incita al consumidor a vestirse con pieles de animales, en este caso, del mencionado Tanooki; una especie que al parecer sufre numerosos ataques por parte de cazadores furtivos, en los cuales son despellejados vivos.

Al igual que con Battlefield3, esta actitud es perfectamente tachable de exagerada, violenta y cruel, pero sin duda no tiene nada con lo que asociarse a una franquicia tan entrañable y no violenta como la de Mario, de la cual se nos antoja imposible el hacernos a la idea de que se lance un solo título donde se espoleén esos instintos agresivos contra los animales.

El mal comportamiento y actuación de la defensora de los animales queda también bastante a la vista de todos con un minijuego 2D adjunto a la denuncia donde se ofrece una visión exagerada de un fontanero un tanto sangriento y obcecado con los tanooki. Como en toda discusión o queja, siempre se puede expresar la opinión de uno de forma correcta y sin ofender al contrario, pero este ataque contra la imagen de un personaje que mueve una de las franquicias más exitosas e inocentes del mercado actual nos hace pensar que los de la PETA están haciendo con el mundo de los videojuegos lo mismo que ellos mismo defienden en el mundo animal: el atacar sin sentido aparente a todo lo que se les ponga por delante (hablando en el ámbito del ocio digital).

Siento el no poder haber sido tan imparcial como me hubiese gustado, pero esto es así y hay que comentarlo. El mundo de los videojuegos sufre a día de hoy numerosos episodios de censura y críticas injustificadas en lugares donde principios como la "libertad de expresión" son defendidos a capa y espada. No digo que, como en todo, existan las excepciones que rompan el canon, y en este caso me refiero a esos juegos concebidos únicamente para hacer una llamada a la violencia y el gore incontrolados u otros contenidos que poco o nada pintan en un dispositivo digital para el ocio personal (vease ejemplos como un simulador de campos de concentración nazis que piso el mercado de los PCs allá por el 2000), pero sin duda se está dando una visión muy errónea de un sector que solo busca divertir y que pocas veces o ninguna desea causar daños a nadie.